Sin duda, sí.
Los gatos son astutos, listos y caprichosis pero puedes persuadirles para que terminen haciendo lo que tu quieres. Sólo necesitas un mucho de paciencia, un poquito de persistencia en tu propósito, capacidad de observación y ya verás como tu inversión en ese rascador tan precioso no habrá sido en vano.
El primer paso es observar su comportamiento. Dónde y cómo rasca te dará pistas sobre el lugar y la forma del rascador más conveniente.
Escribí este post hace unos días que puede darte claves:
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Importante: tu gato no va a dejar de rascar lo que sea que rasque hasta que le des una alternativa que él/ella acepte. Por mucho que rocíes con jugo de limón o sustancias repelentes, por mucho que le riñas, no vas a conseguirlo. De hecho, reñirle a un gato ya sabes que es un billete de ida hacia la desconfianza felina y eso, no le interesa a nadie.
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Aquí tienes algunos truquis para que tu gato acepte su rascador nuevo:
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MATATABI O SILVERVINE: Cómo usarlo para educar a tu gatete
2. Premia cuando se acerque a él y lo rasque con comestibles o briznas de hierba gatera.
3. Coloca el rascador en el mismo sitio o cerca de donde rasca inconvenientemente para que lo asocie con esa actividad.
4. Cuando llegues a casa con el rascador, demuestra que te importa mucho. En casos extremos, aconsejo que incluso te lo lleves contigo al sofá o a un lugar de descanso en el que suelas estar. Tu gato quiere lo que tu quieres, estar donde tu estás y tener lo que tu tienes: juégalo a tu favor.
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